La importancia de decir(nos) todavía
“No se me da bien… todavía.”
“Yo es que soy de letras.”
“Los números no son lo mío.”
“Eso no se me da bien. Nunca se me ha dado.”
Frases como estas las escuchamos muchas veces en nuestras clases. Y no solo en jóvenes. También entre adultos, como si nuestras habilidades estuvieran escritas en piedra desde que nacemos. Como si no hubiera margen para el cambio, para el aprendizaje, para el todavía no.
Pero hay otra forma de mirar las cosas. Y cuando la descubrimos, algo se desbloquea.
Hace años, la psicóloga Carol Dweck investigó cómo las creencias que tenemos sobre nuestras propias capacidades influyen en nuestro desarrollo. Su conclusión fue clara: si creemos que podemos mejorar con esfuerzo, práctica y tiempo, aprendemos mejor, somos más persistentes… y también más valientes. A eso lo llamó mentalidad de crecimiento.
Un enfoque que poco a poco compartimos también con nuestro alumnado. Porque no hablamos solo de aprender a emprender, sino de confiar en que podemos avanzar, incluso cuando algo se nos resiste.
Esa mentalidad transforma:
“soy malo en esto” → “no lo domino todavía”
“me equivoqué, qué desastre” → “¿qué puedo aprender?”
“esto no es para mí” → “¿y si me lo tomo como un reto?”
No es magia, ni pensamiento positivo. Es ciencia y experiencia.
En sus estudios, Dweck observó que al aplicar esta mentalidad en las aulas, el rendimiento del alumnado mejoraba. No porque se volviesen más “listos”, sino porque se atrevían más, se frustraban menos, y entendían que equivocarse no es fracasar: es parte del camino.
Cuando un adolescente cambia el “no puedo” por un “todavía no”, lo notamos: empieza a intentarlo.
Empieza a proponer. A hablar desde otro lugar. A darse la oportunidad de crecer sin exigirse ser perfecto. Y eso, en la vida, marca la diferencia.
✨ Nos gusta pensar que sembramos esa semilla:
La de una actitud que no se rinde a la primera.
Que se permite fallar… y volver a intentarlo.
Porque no se trata de ser los mejores, sino de creer que podemos mejorar.
Y esa, sin duda, es una de las herramientas más valiosas que podemos regalarles para el futuro.