Rompiendo barreras:
derriba el techo de cristal que te frena
Si eres padre, quizás hayas escuchado a tus hijos decir frases como: «No soy lo suficientemente bueno» o «No lo voy a lograr». O si eres joven, puede que te encuentres pensando esto antes incluso de intentarlo.
A menudo, estas ideas nos atrapan en un ciclo de dudas y miedos, levantando barreras invisibles que nos impiden avanzar. Ese es el llamado techo de cristal.
Recuerdo una conversación con mi hijo. Es un apasionado de su deporte, pero antes de una competición me dijo: «No voy a quedar en buen puesto, no soy tan bueno como los demás». Esa frase me dejó pensando. ¿Cuántas veces nos detenemos antes de intentarlo porque creemos, erróneamente, que no somos capaces?
Es curioso, porque a menudo, ese techo no lo pone nadie más que nosotros mismos. Surge de creencias limitantes, esas ideas que aceptamos como verdades sobre nosotros mismos y que actúan como muros invisibles. Pero aquí está la clave: esos muros, al igual que los construimos, también podemos derribarlos.
¿Qué son las creencias limitantes?
Son esas ideas que nos decimos y que nos frenan: «No soy lo suficientemente bueno», «No puedo hacerlo», «Eso no es para mí». Pueden venir de experiencias pasadas, comentarios de otras personas o de expectativas sociales que hemos interiorizado.
Pero, ¿la realidad? Estas creencias no son inamovibles. Con un poco de práctica y reflexión, es posible desafiarlas y superarlas.
¿Cómo derribar tu propio techo de cristal?
- Cambia tu diálogo interno: en lugar de pensar «No puedo», di «Voy a intentarlo».
- Aprende del error: equivocarse es parte del camino.
- Rodéate de inspiración: otras historias pueden mostrarte lo posible.
- Da pequeños pasos: celebra cada avance, por pequeño que sea.
- Cuestiona tus creencias: pregúntate: «¿Qué evidencia tengo de que no soy capaz?»
Aunque el techo de cristal muchas veces lo construimos nosotros mismos, también hay factores externos que nos frenan: estereotipos, falta de oportunidades o barreras sociales. Reconocer estos obstáculos no significa rendirse, sino buscar formas de enfrentarlos con las herramientas que tenemos a mano.
“Siempre parece imposible, hasta que se hace.”
– Nelson Mandela
Hoy te invito a reflexionar:
¿Qué barreras internas te detienen?
¿Qué pequeño paso puedes dar hoy para comenzar a derribar ese techo de cristal?
Atrévete.