Educación Financiera en acción: La dinámica de las 3 decisiones

Hoy queremos compartir una dinámica sencilla pero con mucho valor, ideal para trabajar la educación financiera en el aula (y también adaptable en casa). Una de esas actividades que no necesitan material complejo, pero sí invitan a pensar, elegir y conversar… justo lo que más marca la diferencia en la relación de los jóvenes con el dinero.

Paso a paso: Cómo funciona

• 1
  Las tres tarjetas: Cada participante escribe en una tarjeta distinta una de estas categorías:
  • Deseo (algo que quiere).
  • Ahorro (algo que le gustaría conseguir en el futuro).
  • Necesidad (algo indispensable en su día a día).
  Ejemplos: "Unas deportivas nuevas", "Viaje de fin de curso", "Material escolar", "Clases de baile".
• 2
  Solo puedes elegir una: Aquí viene la clave. Quien guía la dinámica explica: "Imagina que hoy solo puedes 'activar' una de las tres tarjetas. No valen combinaciones. No valen excusas. Solo una." Este límite obliga al cerebro a pasar del impulso a la reflexión.
• 3
  Ponerlo en común: En grupos pequeños o en gran grupo, se comparte: ¿Cuál han elegido? ¿Por qué? ¿Qué han tenido que descartar y cómo se sienten al hacerlo?

Aquí es donde ocurre la magia: aparece el razonamiento, el pensamiento crítico, la gestión emocional y el descubrimiento de que decidir también es renunciar.

¿Qué aprenden con esta actividad?

Mucho más de lo que parece a simple vista. A través de la gamificación y la experiencia directa, los jóvenes interiorizan:

• Valor
  Que los deseos, las necesidades y el ahorro no pesan igual en nuestra vida.
• Madurez
  Que elegir no siempre es cómodo, pero es necesario para avanzar.
• Estrategia
  Que planificar ayuda a evitar decisiones impulsivas de las que luego nos arrepentimos.
• Coste
  Que cada elección tiene un coste de oportunidad y un beneficio asociado.
• Herramienta
  Que hablar de dinero no debe ser un tabú: es una herramienta para conseguir metas.

Son aprendizajes esenciales para la vida adulta que, cuanto antes se practiquen, mejor. Si queremos que los jóvenes tomen buenas decisiones en el futuro, necesitamos darles espacios seguros para practicarlas hoy. Y a veces, basta con tres tarjetas y una buena conversación.